VESTIDO LENCERO

Creo que ya había comentado en alguna ocasión lo fan que soy de los vestidos largos, por lo que ya había confeccionado alguno que otro, pero nunca uno midi. Así que aquí está el primero y, seguramente, no el último.

Y, como os contaba también el jueves pasado, estoy bastante concienciada con darle una vida larga a cada prenda que elaboro. Por eso intento inclinarme hacia diseños que, gracias a las distintas combinaciones que ofrecen, puedan servirme durante todo el año.

En esta ocasión me he aprovechado de la tendencia de superposición de prendas, que lleva ya entre nosotros unas cuantas temporadas, para mostraros esta nueva confección.

Se trata de un maxi vestido de corte midi, realizado en un satén mate con estampado de serpiente. Este tipo de estampados siempre me han parecido demasiado arriesgados para mí, pero decidí atreverme al tratarse de una prenda holgada y, por tanto, menos llamativa.

Le hice al vestido un escote en pico y le añadí unos tirantes finos del mismo tejido. También decidí hacerle una abertura lateral, aunque no muy pronunciada.

Otro elemento que quise añadir fueron los bolsillos laterales, que van incluidos en la costura. Muchas veces nos cuesta encontrar tanto faldas como vestidos con ellos y, como es algo que resulta tan cómodo, decidí insertarlos en mi prenda.

Como veis, este vestido lo voy a poder utilizar ahora, como os muestro en las fotos o con un jersey oversize encima, haciendo pasar al vestido por falda, pero también en verano. De igual manera, es apto tanto para contextos más arreglados como para mi día a día.

¿Qué os parece esta idea de confeccionar prendas útiles para todo el año con las que intentar luchar contra el fast fashion?

VESTIDO PISTACHO

Aunque el otoño se ha instalado ya aquí, me niego a despedirme del verano. Por eso os traigo todavía un diseño a todo color, un vestido en tono verde súper alegre y llamativo.

Me apetecía probar a hacer las solapas de la falda, que son las clásicas de las blazers, y también quería probar con la abertura en el hombro, así que reuní ambas características en una pieza. En resumidas cuentas, es un vestido experimental.

Para ello adquirí el tejido y el forro en el mismo tono, lo que me resultó sorprendentemente fácil. Me había entrado el gusanillo por el verde pistacho y esto fue lo más parecido que encontré.

En cuanto a los patrones, hice el del cuerpo sin cadera con un traslado de pinza al hombro, con lo que se consigue un costadillo muy favorecedor; y para la falda hice lo mismo: llevé la pinza hasta el punto donde iría la solapa y, por consiguiente, la abertura de la falda. Lleva cuatro: dos en el delantero y dos en la espalda, que coinciden con las cuatro pinzas.

El vestido va completamente forrado, lo que hace que por dentro quede pulido, sin verse una sola costura. La verdad que soy fan de forrar las prendas, siempre y cuando el tejido y diseño lo permita. También hay ocasiones en las que el forro resulta imprescindible.

Como os cuento, este era un vestido para experimentar, probar y equivocarme, y ahora que lo veo terminado, sé en qué cosas acerté y qué cosas habría cambiado. Al final solo se aprende de los errores.

¡Nos vemos el próximo jueves!

VESTIDO VERSIÓN MINI

Hoy me apetece compartir con vosotros un encargo de lo más divertido. Os cuento: la mamá de Dani, a quien le había gustado uno de mis vestidos, se puso en contacto conmigo para proponerme hacerle una versión en miniatura para su hija. ¿Mi respuesta? ¡Por supuesto!

Se trataba del vestido de cuadros vichy que publiqué a mediados de junio. Como no podía garantizar encontrar el granate exacto, me invitaron a escoger entre uno de sus colores favoritos: gris, rosa y lila. Me decanté por el último porque, aparte de ser el más parecido al mío, me resultaba más particular, pues es más común ver vestidos de niñas en vichy rosa o azul, pero no en este tono.

Como Dani tiene siete años, contrasté primero su talla y altura con su madre, para asegurarme de que el patrón adecuado correspondía con el de la talla 8, al que añadí las correspondientes holguras.

No sé si recordáis las mangas de mi vestido: era una manga barco que se caracteriza por no tener costura entre ella y el cuerpo.

Para este vestidito quise cambiar este detalle por una manga que resultase más cómoda para peques de esta edad. Ellos juegan, corren y saltan, por lo que me parecía que Dani estaría haría más cómoda con una manguita con su costura. No obstante, me permití añadirle un pequeño frunce en la copa para darle esa gracia característica de la manga jamón que tan bonita queda en ellas, con el que además se mantiene visualmente la estética de la manga de mi vestido.

Para facilitar la tarea de ponerse el vestido, le hice una costura en la espalda que dejé abierta a la altura del cuello, donde añadí una presilla de hilo y un botón como cierre.

Como podéis ver en las fotos de los detalles, rematé su vestido con bieses blancos, exactamente igual que el mío.

Y ya que sus papis también me habían encargado unas mascarillas para ellos, quise incluir una infantil para ella.

Como sabéis, durante el confinamiento subí un tutorial del coletero scrunchie en mi perfil de Instagram. Así que también añadí un juego de ellos para la peque: dos a conjunto con su vestido y otro más a conjunto con su mascarilla.

No sabéis la ilusión que me hace que Dani tenga un vestido como el mío, y lo que me alegra verla con él. Y más al decirme sus papis lo contenta que estaba jugando y bailando él.

¡Muchísimas gracias por este encargo tan bonito y especial! Además, siempre que abro mi armario y veo el vestido, me acuerdo, con una sonrisa, de Dani.

VESTIDO OFF SHOULDERS

Bienvenidos a otro jueves de septiembre en mi web. Hoy volvemos a una de mis prendas favoritas: los vestidos.

Este en concreto es uno de los que primero confeccioné para mí. Me apetecía que fuese sueltito para poder colocarle un cinturón, y que siguiera la tendencia de los hombros descubiertos. Así que fui a elegir la tela para poder trabajar en él y me decanté, cómo no, por este azul.

En cuanto al patrón, no tiene mayor dificultad que industrializar el cuerpo con cadera para obtener la base del vestido y una tira para el volante, añadiéndole a ambos la holgura necesaria para después poder fruncir.

Como siempre me gusta pecar de corta, hice mi vestido minifaldero, mientras que para el volante utilicé un largo de 20 cm.

Para poder recoger bien en la zona del brazo-hombro, le añadí una goma que proporcionase esa sujeción. Y tanto el bajo del vestido como el del volante van rematados con una puntada común.

La verdad que, al ver las fotos, me apetece volver a confeccionar una prenda con este cierto toque mexicano. ¿Os apetecería ver un diseño así? ¿Qué color elegiríais?

ESPECIAL INVITADA

Bienvenidos al segundo ciclo de moda en mi blog: el Especial Inspiración Invitada.

Como sabéis, preparé mi primer especial durante el mes de diciembre, donde cada jueves publiqué un diseño para Nochevieja, marcado por el subtítulo «la noche más brillante del año», pues imperó la lentejuela y el brilli-brilli.

Disfruté tanto con ello que, nada más terminarlo, ya estaba organizando el segundo ciclo. La temática estaba clara: tenía que ser un Inspiración Invitada, pues si hay ocasión en la que lucir los diseños más elegantes, esa es la temporada conocida como BBC: boda, bautizo y comunión, que comprende de mayo a octubre.

Y qué mejor momento para colaborar con la diseñadora asturiana Nuria Ordiales, ganadora del III Certamen de Jóvenes Diseñadores del Principado de Asturias, y finalista en la XX edición de los premios nacionales a la moda. Ella es la artífice de todos los complementos que mostraré durante este mes, y que podréis encontrar en su web WWW.NURIAORDIALES.COM o en sus páginas de Instagram y Facebook .

Mi idea era llevar a cabo el Especial Invitada durante mayo, pero a causa de la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19, me vi obligada a aplazarlo, al igual que tantos de los eventos que se habían programado para estas fechas y para los que había ideado estos diseños.

No obstante, ahora que con la nueva normalidad parece que la cosa va mejorando poco a poco y que se retoma la celebración de bodas, bautizos y comuniones, ha llegado el momento de compartir con vosotras el ciclo BBC.

La primera propuesta es un vestido midi de estampado azul romántico y volumen en las mangas.

Me apetecía trabajar aspectos de la costura que no había hecho antes. Así, lleva un cuerpo cruzado hasta el costado y una manga farol que, a diferencia de la jamón, también presenta volumen en la bocamanga. Para que armara, le puse una capa interior de un tul tieso, y repartí el volumen en pliegues en vez de en frunces.

Yo hice una versión cortita a la que añadí un puño de 5 cm. Y, como me apetecía darle un toque bonito con unos botones dorados, añadí estas presillas, algo que tampoco nunca había hecho.

Otra cosa que tenía claro era el largo del vestido. Siempre os cuento, y podéis verlo en mis diseños, que yo tiro más hacia lo cortito; no obstante, en este caso el propio vestido, cuya falda es de capa, demandaba un largo midi, que aporta una elegancia inalcanzable con la minifalda, y que me parece perfecto para una boda de día.

En cuanto a los complementos, incluimos este sombrero de polipropileno adornado con unas flores de tela, que simulan las de la propia tela. Para la cartera nos decantamos por este clutch en rafia, que combina un tono crudo con un amarillo apagado, al igual que el estampado del tejido.

Como veis, se puede llevar tanto con la cadenita como sin ella, y, aunque un clutch suele ser pequeño, puedo asegurar que en este entra todo lo necesario para la ocasión. Además, tiene los acabados en dorado, algo ideal para este outfit.  

Os dejo un video para que veáis esta primera propuesta en movimiento.

¿Qué os ha parecido este primer diseño del nuevo ciclo de moda? Os adelanto que son todos muy distintos entre sí, y que encontraréis variedad por si buscáis inspiración para un evento próximo.

Nos vemos el próximo jueves con mi segunda propuesta.

VESTIDO VICHY

Hoy os traigo un patrón de vestido ya clásico en mi blog, pero con un estampado nuevo: el cuadro vichy.

Si os pregunto a cuál os recuerda, seguro que me responderéis que al vestido tartán de otoño, con cuyo estilo confesé sentirme tan cómoda que no dudé en reproducirlo en versiones más veraniegas. La primera que os enseñé fue la del vestido de flores, técnicamente idéntico al que hoy os traigo, salvo por el estampado —es quizás este más informal— y por unos leves cambios en la parte superior.

Uno de ellos es la manga barco, que nunca antes había confeccionado y que entraña la dificultad de carecer de costura con la que unirla al cuerpo, ya que es una sola pieza, por lo que realizar su patrón requiere una alta concentración. No obstante, merece la pena, porque el resultado dota al vestido de un gracioso toque preppy, rasgo también habitual en muchos de mis diseños.

Por otro lado, esta vez quise un cuello redondo que rematé, al igual que la unión cuerpo-volante, con un bies en blanco que quedase a la vista.

Tanto el bajo de la manga como el del volante también van rematados con un bies, pero metido hacia dentro y pespunteado a 1 cm.

Aunque lo haya combinado con sandalias de tacón para las fotos, en mi día a día siempre opto por llevarlo con playeros blancos de verano. Y es que siempre viene bien disponer de prendas que admitan varios estilismos.

VOLANTES Y FLORES

Cuando publiqué el vestido de flores una de vosotras me dijo que era la primavera hecha vestido. Me encantó esta metáfora tan bonita para describirlo, metáfora que también podría aplicarse al que hoy os enseño, en el que el fondo blanco y las florecitas evocan a la primavera más alegre. De hecho, me doy cuenta de que trato de emular esta estación con muchos de los estampados que elijo.

Esta vez escogí un satén y, aunque veáis mucho tejido con tanto volante, es una tela fresquita e ideal para el diseño que tenía en mente, que parte de un vestido base al que fui añadiendo volantes.

Cada uno mide 15 cm de alto y, como van fruncidos, necesitan tener bastante ancho —oscilan entre metro y medio y dos metros— para dar un vuelo decente. Todos están rematados con la puntada de doble orillo.

Para los tirantes corté dos tiras del mismo tejido y los cerré con un pespunte a máquina, colocado a la altura deseada. Si os fijáis, quise que el escote de la espalda bajara más que el delantero.

Esta ocasión también quise evitar pecar de corta, pues en los diseños cortos me gusta más que se acerque a la altura «mini» que a la rodilla. Me apetecía que mi vestido fuera un poco más largo que lo que acostumbro a confeccionar y darle así un largo distinto que resulta, quizás, más elegante.

Aunque no descarto quitarle un volante más adelante. ¿Qué opináis vosotros?

VESTIDO DE GASA

Ahora que debería acercarse la temporada de bodas y comuniones, me gustaría mostraros un vestido que cumple el código de formalidad exigido por este tipo de eventos.

En realidad se trata de un dos en uno: un vestido interior confeccionado en crepé y uno exterior en gasa.

La idea partió de este segundo tejido, pues yo quería conseguir un vestido que visualmente diera la impresión de vaporoso. Así que, partiendo como siempre de los patrones base, industrialicé el delantero y el trasero y modifiqué la manga: patrón normal hasta la bajada de codo, y a partir de ahí una manga de capa. Este patrón es el mismo que el de las faldas de capa, con el único cambio del diámetro del contorno de la cintura por el de la manga.

El cuello lo rematé con un vivo del mismo género, y dejé una pequeña abertura en la costura central de la espalda para añadir un corchete a modo de cierre.

Tanto el bajo de las mangas como del cuerpo está rematado con un repulgo —el cordoncillo que hace la remalladora— que es perfecto para rematar este tipo de tejidos.

El vestido interior surge de la necesidad de añadir un “forro” a la gasa translúcida. Para él opté por un crepé con elastán, para que así tuviera esa capacidad de adaptación sin necesitar el uso de cremalleras o cierres. De la misma manera, tampoco lleva ninguna pinza, pues esa elastina del tejido hace que podamos  prescindir de ellas.

Como veis, a veces no necesitamos lucir diseños ostentosos y recargados para estos eventos, sino podemos optar por diseños como este, que resulten vistosos, y que, además, podamos utilizar para otras ocasiones menos formales.

Por ejemplo, yo utilicé este mismo diseño para una cena con amigas, ocasión en la que lo combiné con un cinturón negro con una hebilla roquera y una cazadora. Os aseguro que el look cambiaba completamente.

¿Os gusta la idea?

Y mucho ánimo, que enseguida empezamos la desescalada.

#YoMeQuedoEnCasa #MeQuedoCosiendo

TRANSFORMACIÓN A VESTIDO

Este jueves os muestro, por primera vez, la transformación de una prenda a otra.

Tenía esta falda desde hacía algunos años en mi armario y sabía que no la iba a volver a poner, por lo que me apeteció transformarla en una prenda totalmente distinta para darle una segunda vida. ¿Quién diría que este vestido bodycon hubiera salido de ella?

Lo primero que hice fue plantear el nuevo diseño: un vestido ceñido, con una abertura lateral y tirantes finitos. Empecé cortando la goma de la falda y deshaciendo las costuras para obtener dos rectángulos completos. Este era todo el tejido que tenía para trabajar.

Decidí por eso que el vestido tuviera bastantes cortes, lo que es un truquito para cuando la tela escasea, porque esto obliga a cortar piezas más pequeñas y, en consecuencia, a jugar con la colocación de los patrones sobre ella.

Así es que modifiqué la pinza de pecho para obtener un costadillo, e hice lo mismo en la espalda. En la parte de la falda también jugué con las pinzas y las llevé a un corte, y ahí aproveché para hacer la abertura lateral.

Como se aprecia en las fotos, los tirantes van cruzados en la parte de la espalda. Y el vestido cierra con una cremallera lateral invisible.

Tengo que confesar que este vestido solo lo hice para probar a hacer la transformación y que, en realidad, no lo utilizo nunca. No obstante, era algo que me apetecía intentar y comprobar el resultado. Además, en tónica con el consumo sostenible, siempre es buena idea tratar de darle un nuevo aire a esas prendas que, por la razón que sea, se han quedado viejas, obsoletas u olvidadas en el armario para posibilitarles un segundo uso.

Como cada jueves, me gustaría mandaros todo el ánimo y fuerza para continuar en este confinamiento. Ya queda menos.

#YoMeQuedoEnCasa #MeQuedoCosiendo

VESTIDO DE FLORES

Hace unas semanas que comenzamos la primavera, así que hoy os muestro un diseño inspirado en ella. En este vestido se juntan dos de mis elementos, si no favoritos, más recurrentes: las flores y el volantito en el bajo.

Después de haber confeccionado el vestido de cuadros tartán decidí hacer una versión más primaveral. Y, ¿qué hay más representativo de esta estación que las flores? Así que, de entre todos los tejidos con dicho estampado, escogí este satén que, si bien es un reto porque se resbala mientras lo trabajas, el resultado es de lo más vistoso.

En cuanto al patrón, partí del base con cadera, al que trasladé al cuello la profundidad de la pinza de pecho, donde se crean esos pequeños pliegues. Como en el vestido tartán, acorté el largo de hombro para conseguir un escote halter, y le añadí una tira, esta vez de dos centímetros, para anudar en la espalda.

Una vez decidido el largo, bajé en recto desde la sisa hasta ese punto en la cadera, por eso el vestido queda flojo en vez de ceñido a la figura.

Finalmente, me puse con el volante. En esta ocasión lo corté doble, de manera que no se viera ningún pespunte en el bajo. Y, para darle ese toque especial, introduje entre él y el cuerpo del vestido un bies de raso en rojo.

También utilicé un forro de punto en un tono crudo para rematar por dentro el cuerpo del vestido. De este modo queda más “limpio”.

Además, de él se puede decir que es el vestido de la suerte, porque la noche de San Juan en la que lo estrené, hace ya tres años, nos tocó a mis amigos y a mí un bingo especial, por lo que todos marchamos con un regalo de la tómbola del parque. Yo elegí una tostadora.

Por último, comentar que, al igual que en el post anterior, las fotos están hechas con anterioridad al estado de alarma y que, aunque llevo más de un año y medio viviendo en Sevilla, por unas razones o por otras, todavía no he vivido el ambiente de la Semana Santa. Ánimo en este Jueves Santo tan atípico.

#YoMeQuedoEnCasa #MeQuedoCosiendo