Para las fotos decidí combinarla con playeros y camiseta básica, ambos en blanco. Sin embargo, admite tanto unos botines de plataforma y un jersey de punto para ir abrigada al trabajo como un taconazo y una blusa más sobria para asistir a cualquier cita. Eso sí, al ser tartán rojo, cuidado con los colores y los estampados.
En su momento, yo había confeccionado un crop top de manga larga a juego con ella para conseguir un total look —aquí otra de las posibilidades de combinación—. Sin embargo, como de eso ya van dos o tres años, me queda algo justo, así que lo tengo guardado de recuerdo en mi armario.
El patrón que siguen los cuadros responde al de una falda de capa, es decir, cortada en un círculo completo. Esto implica que la caída del estampado depende de la dirección hacia la que caiga la tela, jugando así con su hilo y bies.
Además, con un trocito de tela sobrante hice el coletero de moda: los llamados scrunchies.
Me parece un complemento súper chulo, porque aparte de en el pelo, podemos lucirlo en nuestra muñeca. De esta manera, combina a la perfección con nuestro outifit, a la par que le da un toque distinto.
Espero que os haya gustado la idea de esta falda, tan diferente a la última que os mostré.
Nos vemos en el próximo post, que también versará sobre una falda y su complemento. ¡Hasta entonces!
Un comentario sobre “FALDA TARTÁN”