Esta vez no lo veis puesto en mí porque se trata de un encargo, pero mi amiga María lo luce espectacular. Os cuento un poquito.
Cuando le comenté la intención que tenía de preparar este especial, me propuso que uno de los cuatro diseños fuera para ella. Como supondréis, yo más que encantada con el plan.
María no buscaba nada arriesgado. La primera idea era un minivestido, de manga corta y flojo; es decir, un básico. No obstante, según fueron pasando los días y fuimos viendo algunas fotos de inspiración, le entró una duda: ¿quedaría más mono ceñido?
Mientras nos decidíamos sobre el entallado, pasamos a elegir el color.
En ese momento no podía preguntarle por cuál de las dos se decidía, porque ella estaba en México y la diferencia horaria lo hacía imposible.
Con los dos géneros en la mano, me tocó tomar la decisión por ella. No fue demasiado complicado, ya que el rojo que habíamos visto en la web resultó ser una lentejuela mate que no llegaría a conseguir el efecto brillante en una prenda. Así que me arriesgué al lavanda, con la casi certeza de que ella, al despertarse, se alegraría de la elección. ¡Y así fue!
optamos por hacerlo ceñido— y lo llamativo de su color y su tela, ya lo hacen especial sin que sea necesario nada más.