INVITADA VII: MADRINA

Sabéis lo que me gusta trabajar en las invitadas. Me encanta que me contéis vuestra idea y construir juntas vuestro diseño perfecto. Hoy os muestro uno que, por dos razones, es para mí doblemente especial: primero, porque es mi primera madrina y, segundo, por la persona que lo luce.

Conozco a Susi desde hace unos cuantos años y, en una de mis visitas a Asturias, me contó que en abril se casaba el segundo de sus hijos y que a ella, que iba a ser la madrina, le hacía ilusión que yo confeccionara el diseño. No os imagináis lo emocionante que fue para mí y, por supuesto, le dije que sí.

Ella tenía clara la idea: su diseño ideal era un dos piezas de falda lápiz midi y blusa cruzada con manga. Yo le propuse hacer la falda un poquito más especial, ya que iba a acompañar a su hijo al altar. Tendríamos que buscar el algo que la diferenciase de una invitada más.

No obstante, dudaba en el color. Entre las variadas opciones de colores y tejidos que le mostré a Susi y, aconsejada también por su familia, escogió este crepe azul empolvado. Utilizaríamos este tejido tanto para la blusa como para la falda. Para esta última, escogimos además un encaje para superponer y otorgarle así el toque del que os hablaba antes. Os cuento un poquito más:

Partí, como cada vez, del patrón base de falda, luego le hice las clásicas pinzas de talle en el delantero y en el trasero, industrialicé para hacerla lápiz y añadí la tapeta en el trasero para hacerle la abertura con solapa. La prenda va forrada en su interior con un tejido de forro en un tono parecido.

Finalmente, incluimos un fajín que va integrado en la cinturilla y aproveché la blonda del orillo del encaje para que este fuera el bajo de la falda. Dos detalles que resultaron todo un acierto.

En cuanto a la blusa, como a Susi le gustaba cruzada, de nuevo partí del patrón base que industrialicé para eliminar pinzas visibles, trasladando su profundidad entre el talle y el hombro. En esta zona le hice dos pequeños pliegues y dejé libre el bajo para que ablusara al meterla por dentro de la falda.

En la espalda anulé también las pinzas, y añadí esa holgura trabajándola en un canesú. De esta la prenda adquiere más imagen de blusa.

Para las mangas me apeteció incluir un poquito de volumen en la copa para darle gracia y subir, visualmente, el hombro. A Susi le gustaba que esta prenda llevara un puño ancho a la altura del antebrazo, así que dejé holgura en la bocamanga para que fuera recogida con él y quedara efecto farol.

En los hombros añadí una tira con automáticos para que introdujera por dentro el tirante del sujetador y así no se moviera del sitio, un truquito que proporciona comodidad. Rematé el bajo de toda la blusa con el pespunte de doble orillo.

Susi estuvo más que acertadísima eligiendo un zapato de punta en un precioso nude y la cartera en azul oscuro, combinado con un chal en este mismo azul que utilizó para la entrada en la iglesia. También apostó por una diadema repleta de pequeñas florecitas en estos mismos tonos, que le realizaron de forma artesanal en Una Pila de Cosas, Mieres.

Como veis, el conjunto quedó de 10 y Susi no podía irradiar más felicidad. Mil gracias de nuevo, Susi, por apostar por mí, ponerte en mis manos y confiar a lo largo del proceso. Tantos nervios juntos han valido la pena, y siempre guardaré en mi cajita de recuerdos que tú fuiste mi primera madrina.

BLUSA BABYDOLL

Hoy cambio por fin de temática y os enseño una prenda de lo más bonita, preppy y también distinta.

Esta blusa nace de un regalo para Alicia en su cumpleaños, y está inspirada en el vestido babydoll que publiqué el pasado febrero. Habíamos reservado este tejido que habíamos escogido para hacerle una diadema con anterioridad para en un futuro destinarlo a una prenda para ella. Y la elegida fue esta.

Para patronarlo partí del cuerpo base para sacar la parte de arriba; industrialicé para deshacerme de pinzas y obtener las demás piezas.

En cuanto a os volantes, los corté de manera que pudiera hacer la doblez superior y que fueran distintos al típico fruncido y cosido sin más. El primero lleva el ancho y la mitad del cuerpo, y el segundo el ancho y mitad del primero.

El bajo va rematado con un cordoncillo hecho con la remalladora, y en vez de hacerlo en verde lo hice en negro para que contrastara, además quedaba superbién porque el propio tejido tiene toques de este color.

La manguita la hice corta y farol, con goma tanto en el hombro como en la bocamanga, de manera que puede llevarse encajada o cayendo hacia el brazo.

Todo el escote va rematado con un bies de la misma tela y una puntada invisible todo alrededor.

¿Qué os parece este tipo de prenda? Yo he de reconocer que, cada vez que veo las fotos, paso envidia por no tener una igual en mi armario.

CONJUNTO ESTILO PIJAMA

Hace justo dos meses os mostraba este kimono presentado en forma de blusa cruzada. Hoy os muestro el conjunto en su totalidad: un dos piezas pijamero. Hoy me centro en el pantalón.

Como os contaba en el post del kimono, no me digáis que esta tela no pide algo lencero…

El pantalón parte de su patrón base, y en esta ocasión cambio de estilo. Siempre tiendo a confeccionarlos versión palazzo porque es un diseño que me encanta desde que soy muy jovencita, e incluso todavía no los había en las tiendas en mi ciudad.

Recuerdo verlos en blogs de chicas extranjeras y fantasear con ellos, hasta que con 17 años encontré un modelo marrón en Stradivarius. No sabéis lo contenta que estaba con él, ¡me lo puse hasta la saciedad! Ahora puedo presumir de poder hacérmelos yo misma, y en cualquiera de sus versiones, como en este caso.

Este diseño lencero va hasta el tobillo, y aunque también le haya incluido bolsillos, en esta ocasión no hice lo mismo con las trabillas para cinturón, lleva la cinturilla limpia.

Creo que el resultado es un conjunto muy resultón y elegante. Me podría ver, perfectamente, llevándolo a cualquier tipo de celebración. Solo me queda esperar a recibir la invitación.